La Cocinera Políglota

Papaíto

(Una historia real)

“ Papaíto, ven pronto que aquí te esperan tu mujer y tus hijos.”
Ésta solía ser la despedida de una singular esposa a su marido cuando éste salía cada día a desempeñar su tarea como dependiente en un céntrico comercio de la ciudad.
Tenía la buena mujer la costumbre de parir una vez al año. Unas veces sus partos eran simples, con lo cual daba a luz solamente a un niño o a una niña. Otras, el parto era gemelar. De esta forma y tras varios años de matrimonio ocurría que cuando salía a pasear esta numerosa familia, la expectación y curiosidad que suscitaban por donde iban pasando era grande.

Asimismo resultaba extraño ver en invierno a esta madre bajita materialmente enterrada en abrigos y anoraks a paso ligero por la calle.
La explicación es la siguiente: tras acompañar a su numerosa prole al colegio, recogía todos los abrigos y se marchaba a casa; a la hora de recogerlos volvía a transportar nuevamente dichas prendas. Entretanto, acudía al hospital cuando tenía que amamantar a algún hijo prematuro.

Naturalmente se trataba de una señora muy conocida en aquella maternidad por sus asiduas y frecuentes visitas. Cuando las enfermeras la despedían con un nuevo hijo, bromeaban diciéndole:
“ Como el año que viene vuelva usted por aquí, ¡le damos con un zapato!”
A lo que la feliz mamá siempre respondía:
“A ver, si Dios quiere...”
Y lógicamente Dios volvía a querer.

De: Talbanés

Fecha: 2010-01-16 17:01

ya ves cocinera, unos tantos y otros... jejeje, un beso.

Papaíto

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