- ¡Señora, usted lleva un cortaúñas. No puede entrar con esto en la Expo. Vaya a consigna y entréguelo!, me increpaba la empleada de seguridad  mientras me lo sacaba del bolso con autoridad, en la puerta de acceso al recinto.

- ¿Por qué no lo puedo pasar?, pregunté cándidamente.

- Vaya y allí se lo explican, repuso.

Yo, que evito las discusiones y situaciones conflictivas siempre que puedo, seguí sus instrucciones, o mejor dicho, sus órdenes. Fui hasta dicha sala, a bastantes metros de distancia, donde también se encontraban las Fuerzas de Orden Público y en el exterior, los vehículos antidisturbios.

Tuve que entregar "el arma en cuestión", mostrar mi DNI, del que tomaron los datos, aboné cinco euros (no sé en concepto de qué), y me dieron un resguardo que me serviría para recoger posteriormente, a la salida, mi preciado utensilio.

- Los cinco euros no los recuperará, sentenciaron. La otra opción que usted tiene es dejar aquí el cortaúñas sin pagar nada, en cuyo caso no tendrá derecho a recogerlo después. Dubitativa por un instante y considerando injustas ambas opciones, opté como digo por la primera.

El telecabina, las colas para visitar  los diferentes pabellones, el embeleso que me produjo ver La Torre del Agua desde su interior, la degustación del té amargo japonés con su correspondiente sonrisa al ofrecerlo... Al final de la jornada, dando por concluida la visita, "agotaíta" de tanto andar y "mosqueá" por la faena, me personé nuevamente en la sala de consigna, donde comenzó la moviola: entregué el resguardo identificativo y el DNI, y así pude recuperar mi discreto y revalorizado cortaúñas, pues tal y como me habían advertido, los 5€ no me los devolvieron.

No sé, no sé... ¿Creerían que me iba a poner a cortar las uñas a traición a cualquier viandante? ¿O que utilizaría la pequeña lima que contiene para reventar un testículo (o los dos) a algún regio visitante que por allí se encontraba con motivo de la celebración del día de su país?

Amigos que pasáis por este blog, despejadme por favor una duda que yo no consigo resolver: ¿qué tipo de altercado, trifulca o desorden público creéis que hubiera podido perpetrar La Cocinera que suscribe en la Expo Zaragoza 2008  con su cortaúñas de color rosa, decorado con una mariquita ?   

Categorías: Increíble pero cierto.