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Relatos y comentarios sobre lo que acontece en la vida de esta bitacorera. | ![]() |
LA MANO NEGRA
Fue cuestión de medio segundo, no más. Al igual que en la Olimpiadas, varias décimas de segundo pueden a veces decidir quién es el vencedor. Dos carros de compra había yo completado, dos. El primero lo tenía “aparcado”, y estaba empujando el segundo, que como su antecesor, se encontraba lleno hasta los topes de productos variados de consumo diario: pasta, legumbres, papel higiénico y toallitas para después, fruta y verdura, pescado, carne, fiambres y zumos individuales para la merienda del cole de “mi rubio”, aceite virgen de la primera prensada, de edición limitada, y un largo etcétera. Por último, antes de pasar por caja tuve un capricho y me dirigí a comprar unos Donuts. En casa no solemos tomar bollería industrial, pero a veces y con mesura todo está permitido y se puede hacer una excepción. Había varios paquetes de roscos de chocolate, y tan solo uno de los clásicos, que era precisamente el que me dispuse a coger. Alargué la mano y súbitamente una mano negra me lo arrebató. No piensen que estoy hablando en sentido metafórico, pues se trata de algo tan real y evidente como el hecho de que existe el Sol, la Tierra o los blogs. Alcé la vista y vi a una mujer joven, elegante, de raza negra. No era del color de Obama, no. ¡Tenía el color del chocolate puro! No llevaba carro ni cesta. Cogió con gran avidez el paquete de roscos, como el ave rapaz que atrapa a su presa en pleno vuelo, y lo aferró contra su pecho mientras me miraba, en una escena que me recordó a Golum con el anillo de Sauron, ya saben aquello de “mi tesoroooo”, o como un actor que acaba de obtener por primera vez un Óscar de Hollywood, y no se separa de tan preciada estatuilla. La miré respetuosamente, sin mediar palabra con ella y sin rencor, incluso le brindé una sonrisa al reconocerla como la indiscutible vencedora en nuestro común intento. Si ella hubiera podido leer telepáticamente mis pensamientos, éste hubiera sido el mensaje: “¡Mujer, podrías haberte llevado los de chocolate que hacen juego contigo, y me dejas a mí los blanquitos, que el chocolate me provoca migrañas!”
Moraleja: ¡La próxima vez tienes que andar más lista, Cocinera! Categorías: Anécdotas en el súper.
13:41 | Toñi Flamil | 0 Comentarios | #
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