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Relatos y comentarios sobre lo que acontece en la vida de esta bitacorera. | ![]() |
UNA COZ NAVIDEÑA¡Qué patada me acaban de arrear en la pierna! Y lo mejor es que quien me la ha propinado ni se ha enterado. Como bien sabemos, en estas fechas próximas a la Navidad, cada vez son más frecuentes las reuniones en bares y restaurantes de numerosos grupos de amigos y compañeros de trabajo. Entramos ayer, tempranito, a un céntrico lugar de pinchos y raciones, donde me comunicó el camarero que había tres mesas esperando delante de nosotros. Tomó nota de la reserva. - Si quieren pueden esperar en la barra mientras llega su turno, nos sugirió con su habitual simpática pluma, tan notoria como su eficacia en el trabajo que desempeña. - Sí, de acuerdo, repuse sonriente. Pasamos a dicha zona, donde no cabía ni un alfiler. Multitud de personas, hacinadas en medio de una espesa nube blanca de humo, charlaban y bebían satisfechos. Allí, de pie, mientras respiraba a medio pulmón, ya que no quedaba espacio libre para respirar a pulmón completo, atisbé una banqueta vacía que pensé sería la solución. - ¡Ya está! Me siento y espero sobre ella aunque sea como la cabrita de los zíngaros ambulantes que solían actuar por las calles, bailando sobre su taburete a golpe de trompeta y tambor y cuya escena ha sido recreada magistralmente en la reciente película de producción española Spanish Movie. ¡Ay, mi gozo en un pozo! Cuando me disponía a cogerla, al tiempo que por cortesía le comentaba a una mujer que se encontraba próxima a ella “esta banqueta está libre, ¿verdad?”, ella me dijo que no. - No estará libre, pero sí que está vacía, pensé. Entonces, de manera inesperada, el cliente que aguardaba de espaldas de pie junto a mí, vecino por azar durante unos segundos, flexionó con brusquedad su pierna derecha hacia atrás, donde yo me encontraba, de manera que su zapato se estampó con fuerza en una de mis extremidades. Ignoro si se trató de un espasmo repentino involuntario, pero por si acaso repetía la misma maniobra con la pierna izquierda, salí presta de allí hacia la zona de mesas. Esto me hizo recordar a aquel niño que dibujó en el colegio un burro dando una coz. Como el chico era de ciudad y no del medio rural, no se le ocurrió más que dibujar al cuadrúpedo dando una patada con una de sus patas delanteras, vamos, haciéndole la competencia al mismísimo jugador millonario Cristiano Ronaldo chutando el esférico hacia la portería en una gloriosa tarde victoriosa. Eso sí, cuando conseguimos sentarnos, comimos muy bien, todo hay que decirlo. PD. ¡FELIZ NAVIDAD, DE CORAZÓN, SIN COCES, PARA TODOS LOS LECTORES QUE PASAN POR ESTE BLOG! 18:31 | Toñi Flamil | 9 Comentarios | #
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