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Relatos y comentarios sobre lo que acontece en la vida de esta bitacorera. | ![]() |
UNA CARTA "SANTIFICADA"Ayer, en una oficina de correos, esperaba con paciencia mi turno, exactamente catorce números delante de mí. Los empleados, por su parte, iban a su aire. No se daban demasiada prisa ni se les veían especialmente estresados por el bullicio. En el exterior, la pertinaz lluvia que nos acompaña en las últimas semanas, dejaba caer unas gotas de tamaño de huevos fritos y en el improvisado paragüero colocado en un rincón, no cabía ni una varilla más de cualquier diminuto paraguas. Entretanto, escucho al cliente que resopla impaciente entre número y número y que al final opta por marcharse porque se le agotó la paciencia, así como a la mujer que repetía a todo volumen y con claridad: “Vengo a recoger una carta santificá”. Ignoro si el remitente de dicha misiva sería el Vaticano o incluso “el de arriba”, como diría mi querida Madre Superiora. (En una especie de traducción instintiva-simultánea, y dado el lugar donde nos encontrábamos, deduje que la carta en cuestión sería certificada). Por fin llega mi turno y me atienden. - Cocinera: Correo ordinario, dije al entregar dos sobres que pesaron y franquearon. - Empleada: ¿Algo más? - Cocinera: Sí, quería sellos, por favor. - Empleada: No, no tenemos. - Cocinera: ¿Qué no tienen sellos? - Empleada: No, aquí no tenemos eso. ¡Sorpresa! En una oficina de correos no venden sellos. Pues anda, que si llego a pedir un cubata o un marco digital, ¿qué creen ustedes que me habrían dicho? 13:42 | Toñi Flamil | 4 Comentarios | #
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